Los "Blogs Hermanos", que terminaron siendo 9, fueron surgiendo uno a uno, en el fluir del día a día, momento a momento. Todo comenzó con un sentir en el corazón, en el pecho... Todo confluye ahora en este instante... Siento que un manantial de 'algo interno' fue establecido. Me siento honrado por haber formado parte de esto...
He sentido "sellar" algunos de los Blogs Hermanos con música, por que siento que lo más importante está más allá de las palabras..., y la música es tal vez un lenguaje más universal y cercano al corazón, (cuando se trata de música verdaderamente 'inspirada'..., claro está...)
En este Blog, sobre Meditación, el 'sello' será una narración inspirada y escrita por el mismo Krishnamurti, en su: "DIARIO 1".
“Hay una flor roja que se destaca
entre el follaje de color verde oscuro, y uno sólo ve eso desde la galería.
Están los cerros, la roja arena de los lechos secos, la enorme higuera de
Bengala y los numerosos tamarindos, pero uno solo ve esa flor; es tan vistosa,
tan plena de color, que no existe otro color; los retazos de cielo azul, las
nubes ardiendo en luz, los cerros violeta, el rico verde de los campos de
arroz, todo se desvanece y sólo queda el asombroso color de esa flor. Llena
todo el cielo y el valle; pronto habrá de marchitarse y desaparecer; se acabará
mientras que los cerros perdurarán… Pero en la mañana ella era la eternidad;
más allá del tiempo y del pensamiento; contenía en sí todo el amor y la
felicidad; no había en ello sentimentalismo ni romanticismo absurdo, ni era un
símbolo de alguna otra cosa. La flor estaba ella misma destinada a morir en el atardecer,
pero contenía toda la vida. No era algo sobre lo cual pudiera razonarse ni era
tampoco algo irracional, alguna fantasía romántica; era tan real como aquellos
cerros y aquellas voces… llamándose las unas a las otras. Era la completa
meditación de la vida, y la ilusión solo existe cuando cesa el impacto del
hecho. Esa nube tan llena de luz es una realidad cuya belleza no hace poderoso
impacto sobre una mente que se ha embotado y se ha vuelto insensible por la
influencia, el hábito y la interminable búsqueda de seguridad. La seguridad
en la fama, en las relaciones, en el conocimiento, destruye la sensibilidad y
allí se asienta el deterioro. Esa flor, aquellos cerros y el agitado mar azul
son los retos de la vida, como si fueran bombas nucleares, y solo la mente
sensible puede responder a esos retos de manera total; sólo una respuesta total
no deja tras de sí las huellas del conflicto, y el conflicto indica una
respuesta parcial.
Los
llamados santos y sannyasis han contribuido al embotamiento de la mente y a la
destrucción de la sensibilidad. Todos los hábitos, la repetición, los rituales
reforzados por las creencias y los dogmas, por las respuestas de los sentidos,
pueden ser perfeccionados y lo son, pero la lúcida percepción alerta, la
sensibilidad, es un asunto muy distinto. La sensibilidad es absolutamente
esencial para mirar profundamente en lo interno; este movimiento de penetrar en
lo interno no es una reacción (oposición) a lo externo; lo externo y lo interno
son un solo movimiento, no están separados. La división de ese movimiento como ‘lo
interno’ y ‘lo externo’ engendra insensibilidad. Penetrar en lo interno es el
fluir natural de lo externo; el movimiento de lo interno tiene su propia acción
que se expresa exteriormente, pero esa no es una reacción a lo externo. La
lúcida percepción alerta de este movimiento es sensibilidad.”
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