LA
MEDITACIÓN REAL: “El Camino hacia la
Esencia”
El
siguiente escrito fluyó al papel en forma de ‘canalización de ideas’; una forma
de escritura fluida y sin interrupciones que el escribiente (A.B.) deja aflorar
desde su conciencia interna (cuya fuente original es, a veces, de su propio ser
álmico, y otras veces, de Instructores Internos con los cuales el canal se pone
en sintonía). Por lo tanto, este escrito sobre ‘la Meditación’ no pretende ser
un examen completo sobre el tema, el cual, se verá, que es de gran complejidad
si se aborda su estudio detallado. Esta ‘transmisión’, sin embargo, deja
traslucir interesantes conceptos sobre la esencia y naturaleza de “la
Meditación Real”, pudiendo llegar a cuestionar, inclusive, algunas estructuras
mentales o concepciones de los lectores y estudiantes a cerca de esta temática.
Sintonicen con la Paz del Sol espiritual.
Abran sus corazones a la Paz Solar de La Presencia.
La Meditación en el SER, es el camino.
“Eviten
las distracciones de los sentidos físicos y de los deseos”.
Muchos
estudiantes emprenden el sendero de la Meditación y encuentran inconvenientes y
obstáculos con las distracciones de la mente inferior. La inconstancia es una de las consecuencias de las distracciones de
la mente, ya que al perder el enfoque de la Meditación por los deseos y
atracciones sensoriales, la mente se pierde en laberintos e ilusiones.
La Meditación es ‘un sendero’ y, a la
vez, ‘una meta presente’.
El
“sendero” es el discernimiento constante; “la meta presente” es la
‘contemplación’ en el Ahora.
‘La
serena contemplación’ ocurre cuando la mente se funde en el Ser (la “esencia de
ser”, que es Unidad) y permanece en un estado de paz profunda, pudiendo así
revelarse “la Virtud”…
En
dicha “contemplación” no hay ‘observador’ separado de ‘aquello observado’, sino
que hay un estado de “unidad contemplativa”, podríase decir, en el cual ‘el meditador’
ya no existe; ‘solo hay Meditación fluyendo’…, porque Meditación
es el Ser intemporal revelándose a Sí Mismo…
“La
Meditación es un suceso interno intemporal”, pero el estudiante llega a
ella, o bien “es arrobado” hacia el estado de Meditación, cuando ha aprendido a
“sintonizarse” con el Ser (o ‘Yo-esencia’), evadiendo, como dijimos, las
distracciones kamamanásicas.
El
término “sintonización” es el
correcto aquí.
‘Sintonizar’
es el primer paso, y lo puede hacer el principiante realizando un trabajo de
concentración sostenida. El estudiante puede comenzar la práctica (en una
postura corporal cómoda, con la columna vertebral erecta) concentrándose en su
respiración o enfocando su mente en algún símbolo de elevación espiritual (que
puede ser una imagen, un mantram, etc.). Cuando ‘la sintonización vibracional’,
que es la concentración en el símbolo elegido, logra efectuarse, notándose esto
en un estado de mayor calma interior, entonces, la Meditación ‘puede llegar’
abriéndose paso desde Lo Alto del SER, utilizando el canal abierto por ‘la
sintonización consciente’.
Obsérvese
que sintonización
es una actividad consciente de la mente y precisa de cierto esfuerzo
durante el enfoque de la mente en la concentración; mientras que la Meditación
‘sucede’, ‘llega’ desde Lo Alto (o desde “lo Profundo”) y riega a la mente con
Lo Nuevo.
Podríamos
decir, para profundizar en la anterior idea, que la sintonización es ‘un esfuerzo constructivo’ y de elevación
vibracional de los cuerpos y de la conciencia a través de la concentración en elevados ideales (el símbolo).
Sintonización es colocar ‘el dial de la mente’ en una
elevada frecuencia psico-espiritual, la más elevada que el aspirante sea capaz
de encontrar y concebir con su comprensión.
Con
‘la sintonización’ el estudiante “construye el Cáliz energético” al cual
descenderá, a su debido momento álmico, la Presencia Espiritual. Esto último es
MEDITACIÓN, y puede revelarse en diferentes gradaciones y cualidades de
Energía-Esencia. Por eso es que en Yoga se dice que existen varios y diferentes
niveles de Samadhi(*)…
Muchos
estudiantes llaman meditación al estado de concentración sostenida, pero la
verdad es que todo acto volitivo, es decir “de esfuerzo” del yo individual, “de
búsqueda”, no es aún Meditación, sino “sintonización”, o lo que podría
entenderse como “los pasos preliminares que van preparando a la verdadera
Meditación”, que cuando llega no es dirigida a voluntad ni puede ser guiada
por la mente, ya que cuando sucede, la Meditación se guía a sí misma, pues ya
no hay ‘ego’ que la dirija.
“Meditación es plenitud en ausencia del yo”…
Para
que la Meditación profunda (o “Meditación Real”) suceda, la mente debe estar,
además, libre de conflictos y escollos psicológicos, es decir, que debe existir
“la capacidad de auto-limpiarse de conflictos cotidianos”, con
observación e inteligencia reflexiva, para no reprimir ni guardar nada
conflictivo e inconcluso en la mente subconsciente…
Esta
“limpieza interna” requiere de un estado de alerta permanente para poder ver
los hechos tal como son (sin ‘torcerlos’ a conveniencia…) y requiere de una
actitud de “estar dispuesto a morir (egoicamente) en el acto de sincerarse
permanentemente… Algunos podrían llamar a esto “sincericidio”. El sincericidio
no es un defecto sino una virtud para el que desea transitar el camino de la
Meditación, que es el sendero hacia la Verdad.
Por
lo tanto, Meditación es, en primer lugar:
vida interna limpia (sinceridad) y pensamiento recto (justo, ecuánime). Este es
“el cimiento de la Meditación”.
Sin
esta base, cualquier intento de meditar no traerá buenos frutos, porque estará
faltando la base, el cimiento…, condición sine qua non de la Meditación real.
Sobre
ese cimiento sólido y firme de “la vida interna limpia y recta”,
comienza ‘la construcción’ del “Hogar vibracional” que habrá de venir a habitar
la Superior Presencia espiritual “cuando ya la construcción sea habitable”…
(Considérese
que estos ejemplos figurativos o simbólicos intentan ir develando eventos que
son enteramente “energéticos”, tanto en la conciencia como en los vehículos…).
La
“construcción” que el practicante efectúa sobre ‘el cimiento interno’ ya
citado, es ‘preparación con ejercitación mental’ (concentración –
sintonización).
Estos
dos pasos: 1- ‘el cimiento’ de la
conducta y 2- ‘la construcción’ con
la ejercitación mental (sintonización), son los pasos preliminares,
en los cuales el practicante – aspirante a la Meditación – puede permanecer
mucho tiempo, a veces retomando el camino que ya comenzó en vidas anteriores,
para llegar, final y felizmente, al “encuentro interno” que es “LA MEDITACIÓN
REAL”.
La Meditación Real no se hace…, “sucede”…, “florece”…,
pero no sin haber efectuado antes un probado sendero preparatorio creando “el
canal interno” que hace posible el ‘descenso’ de la Presencia Solar…
Dicho
de forma más metafórica…, “la planta no crece ni florece sin antes haberse
sembrado la semilla en tierra debidamente abonada y haberla regado a través de
las semanas y estaciones… El jardinero solo puede preparar el terreno, sembrar
la semilla en suelo fértil y regarla…, pero cuando la semilla germina y brota,
a partir de allí su crecimiento y florecimiento lo realiza su propia e interna
naturaleza, y el jardinero, en este estadio, solo puede limitarse a contemplar
la maravilla de la Obra Natural…”
Técnicas
o métodos de meditación existen muchos (que cubren las distintas necesidades
energéticas de las almas según su Rayo y sus progresos), y cada religión tiene
sus sistemas, pero “el sentido”, la comprensión de la esencia de la Meditación,
es una y la misma para todos los sistemas y métodos.
Quien
no entiende ‘la esencia’, ‘el real significado’, ‘el sentido’ de la meditación,
puede vagar de un sistema en otro por muchos años…, sin hallar comprensión;
pero quien entiende verdaderamente ‘el sentido’, ‘la esencia’, puede entonces
seguir un método de meditación elegido (por sintonía interna o ‘afinidad’) o no
elegir ninguno en absoluto y fluir libremente, intuitivamente, sin reglas,
porque quien comprende ‘el sentido’, se halla en el umbral mismo de la
Meditación Real.
El
Sendero de la Meditación, es el camino hacia ‘el sentido’,
Hacia
‘la Esencia’…
Paz, en los corazones de los aspirantes a ‘la Meditación Real’.
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(*) Samadhi: Vocablo sánscrito
empleado en Yoga, que puede traducirse como contemplación extática o
contemplación divina, estado que se produce en la conciencia que ha penetrado
más allá del estado ordinario de la mente (que puede ser denominado
“supraconciencia”). Algunos estudiantes, especialmente los que siguen las
enseñanzas del Raja Yoga, separan a la meditación (dhyána) de la contemplación divina o ‘arrobamiento extático’ (samádhi), pero estos serían, en
realidad, diferentes niveles o profundidades de MEDITACIÓN. Lo cierto es que en ‘la Meditación Real’ el
ego (la autoconsciencia personal) pierde las riendas de la dirección de la
Meditación,, y lo que fluye es la Presencia de una Energía de PAZ y Armonía que
influye en la mente, aquietándola naturalmente, y en el cuerpo físico,
relajando al máximo al sistema nervioso (pero sin adormecerlo). Puede suceder,
en ese estado que hemos denominado aquí “Meditación Real” que se sienta una
gran Paz en el vacío mental, o que en medio de dicha Paz irrumpan comprensiones
inusitadas y esenciales nunca antes sospechadas, o que se amplifiquen los
sentidos internos en medio de la paz circundante…; o que se pierda noción del
‘sí mismo individual’…, etc., siendo cada uno de estos y de otros casos,
niveles y/o aspectos diferentes en la profundidad de la Meditación. En Yoga
corrientemente se han definido las profundidades del Samadhi (o Meditación
Real) sintetizándolas en dos niveles: Savikalpa samadhi y Nirvikalpa samadhi
(esta última de mayor profundidad que la primera), pero quien esto escribe ve
en ello una simplificación de un tema mucho más complejo y profundo, ya que
existen muchos niveles y subniveles en la supraconciencia que el viajante en la
Meditación puede llegar a vivenciar…
La conciencia más sabia y madura, es
aquella que no se atribuye a sí misma ningún resultado de la Meditación,
volviéndose en cambio naturalmente humilde, así como respetuosa y devota de
este Sendero Interno…
(Escriba A.B., de EISA)